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martes, 20 de julio de 2010
VERONA [06/08/04]


ELISABETH:

En pocas palabras, la ciudad del amor, que traspasa las fronteras. Calle a calle te invade ese aire de ternura que despierta el amor. Y no sólo se respira, queda plasmado en todas las paredes con corazones y el "ti amo" dibujados . Sentimientos que se expresaN para que lo sepa todo el mudo.

Casitas pequeñas llenas de flores preciosas de todos los colores, como un abanico, provocando cierto aire pintoresco en las ventanas y balcones de Verona.

Calles serpenteantes que forman rinconcitos donde poder esconderte con la mejor de las compañías, escogida al gusto. En ellas se escuchan al pasar palabras de amor que encandilan y enamoran cada vez más. Seguramente que se prometen amor eterno, dejandose llevar por el momento, ignorando que en alguno de los casos quizás, tras el paso del tiempo, se acabe, alomejor sería una buena razón para volver a Verona, a escuchar y sentir esa esencia del amor que se ha esfumado momentáneamente.




DANIEL:

Verona, la ciudad del amor, donde puedes y vas a encontrar (en cada esquina, la más recóndita que te puedas imaginar), a una parejita besándose acarameladitos. Esto suele ser de noche.
Parece bonito, y lo debe ser, menos para los solteros como yo.... pero la ciudad es encantadoramente bella, eso sí. Tanto como elitista, pero ¡Eh! que es la ciudad de Giuletta y su Romeo. Si no se hace por ellos, ¿Quienes se lo iban a merecer?

Hoy hemos ido a visitar lo que también era su casa, o eso dicen. En la cual se puede encontrar una estatua de Giuletta en el patio principal, la cual (valga la redundacia), dicen, que si le tocas su pecho derecho te dará empeño en tu labor amorosa. Yo iba dispuestísimo a hacerlo, sobretodo por mi conocida condición de soltero, hasta que he visto que la "marabunta" la rodeaba, con el fin de poner la manita, en la tetita para hacer la foto. Uno tras otro, tras otro, tras otra.... casi como si de un parque de atracciones se tratara ¿o quizás lo era? Bueno no se, la cuestión es que la pobre Giuletta tenia el pecho derecho desgastado, no más pequeño no, porque gracias a Dios no era la Giuletta real, si no una de bronce, así que se podría decir que su pecho derecho parecía de plata tras tanto friegue oportunista.

Por ello no lo hice. Me dio corte. Me sentía como en Venezia echando una foto. Pero da igual, ella y yo nos hemos comunicado a nuestra manera, he sentido como me ha bendecido y yo a cambio he dejado parte de mi, para Ella.




Podéis seguir mi obra fotográfica en:
DANBALBOA FOTÓGRAFO